Uno de los principales motores de la difusión de energías renovables no convencionales en Perú han sido las subastas específicas por tecnología, ayudando a promover la diversificación de la matriz del país a través de la concesión de contratos para centrales de biomasa, pequeñas centrales hidroeléctricas, solares, y eólicas. El país también cuenta con un modesto sector interesado en la generación de energía limpia y un mandato de mezcla de biocombustibles.
En 2014, Perú generó el 9% de sus 45TWh totales a partir de fuentes renovables (biomasa, eólica, solar, y pequeñas centrales hidroeléctricas), siendo las hidroeléctricas de gran escala responsables del 41%, el gas natural del 27%, y el carbón, el petróleo y el diésel, del restante. Para promover las energías renovables, Perú ofreció numerosas políticas de incentivos incluyendo un sistema de suministro prioritario, un 20% de amortización acelerada, y subastas específicas por tecnología para las renovables. Debido a los recursos hídricos y de gas del país, por lo general las fuentes de energía limpia intermitente sólo son contratadas a partir del sistema de subastas.
Introducidas en 2008, las subastas han sido clave en estimular el desarrollo de los proyectos. Cada dos años, el Ministerio de Energía y Minas (MINEM) evalúa la necesidad de realizar subastas, y el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (OSINERGMIN) lleva a cabo las licitaciones. Las subastas están discriminadas por tecnología y los contratos son otorgados a los desarrolladores que ofrecen la menor tarifa por KWh para determinada tecnología.
Perú ha realizado tres subastas para energía renovable dentro de la red y uno para capacidad solar fuera de la red. En cuanto a las licitaciones para la generación de energía renovable dentro de la red, OSINERGMIN ha otorgado contratos de energía eléctrica a 58 proyectos que suman un total de 882MW proviniendo de fuentes de biomasa, pequeñas centrales hidroeléctricas, solares y eólicas. La subasta para proveer energía renovable fuera de la red se introdujo para apoyar los programas de electrificación rural del gobierno. Como resultado, se espera que 500.000 sistemas fotovoltaicos estén operando fuera de la red a lo largo de 15.000 localidades remotas del país para diciembre de 2018. Una cuarta subasta para energía renovable dentro de la red se lanzó en septiembre de 2015. Esta subasta contratará 450GWh provenientes de proyectos de pequeñas centrales hidroeléctricas de hasta 20MW y otros 1.300GWh de biomasa, eólicas, y solares fotovoltaicas (312GWh, 573GWh y 415GWh, respectivamente).
Perú es uno de los pocos países de América Latina que tiene una meta de energía renovable, que se encuentra sujeta a revisión cada cinco años. Establecida en 2008 por MINEM, el primer objetivo para el período 2008-2013 estaba fijado en 5% del consumo eléctrico total del país. Hasta septiembre de 2015, el objetivo no había sido vuelto a analizar.
En un primer momento, Perú luchó por alcanzar su meta de mezcla de biocombustibles establecida en 2007, que obligaba a que un 7,8% de etanol se mezclara en la gasolina y un 5% de biodiésel fuera mezclado con el diésel convencional. La escasa producción nacional de biocombustible y la carencia de proveedores de servicios operativos y de mantenimiento que fueran capaces de apoyar a la industria, llevaron al gobierno a retrasar en dos oportunidades la fecha de iniciación de dichos compuestos en determinadas áreas del país. Sin embargo, para fines de 2011, la mezcla había sido impuesta a nivel nacional.
El gobierno de Perú ha postulado su Contribución Prevista y Determinada a nivel Nacional (INDC) en vistas a las negociaciones climáticas que se llevarán a cabo en París. Dichas contribuciones incluyen a las energías renovables y un incremento en el énfasis puesto en la energía solar.
Resumen de Puntuacion
Perú obtuvo un puntaje general de 1.31 en el Climascopio 2015, lo que lo coloca en el puesto 16 entre todos los países, descendiendo de la posición 11 en que se encontraba en 2014, año en que logró un puntaje de 1.50.
El declive interanual de Perú se basa, entre otros motivos, en el empobrecimiento de los resultados del indicador Políticas de Energía Limpia que forma parte del Parámetro I Marco Propicio. También sufrió una pequeña rebaja en el indicador que analiza las Inversiones en Energía Limpia como parte del Parámetro II Inversiones en Energía Limpia y Créditos para Proyectos Relativos al Cambio Climático.
En cuanto al Parámetro I Marco Propicio, Perú ocupa el puesto 18, bajando ocho posiciones con respecto a 2014. Su puntaje en 2015 fue 1.34 en tanto que en 2014 había sido de 1.40.
En el Parámetro II Inversiones en Energía Limpia y Créditos para Proyectos Relativos al Cambio Climático, Perú obtuvo 0.70 puntos, por debajo de los 0.88 alcanzados en 2014. En 2015 se ubicó en el puesto 16, mientras que en 2014 lo había hecho en el 12.
En lo que respecta al Parámetro III Negocios de Bajas Emisiones de Carbono y Cadenas de Valor de Energía Limpia, Perú ocupó el puesto 21 en 2015, ascendiendo dos puestos respecto a 2014. Los puntajes obtenidos por el país en 2015 y 2014 fueron 2.11 y 2.05, respectivamente.
En el Parámetro IV Actividades de Gestión de las Emisiones de Gases de Efecto Invernadero, Perú mantuvo la novena posición que había conseguido en 2014. El puntaje obtenido en 2015 fue de 2.49, denotando un ligero avance respecto a los 2.46 obtenidos en 2014.